Vamos a familiarizarnos con su vida y obra: ¡Haz clic! (a partir de 0:31)
Artículo 438:
Carmen de Burgos se hartó de denunciar un artículo del Código Penal, el 438, que exculpaba al marido que mataba a su mujer si le había sido infiel con otro hombre. Lo denunció en foros políticos y judiciales durante las primeras décadas del siglo XX. Firme defensora de que la literatura ayuda a ponernos en la piel de otros y a remover nuestras creencias, lo llevó a una novela titulada El artículo 438. En 1921, organizó la primera manifestación feminista que se plantó en el Parlamento con un documento que pedía la igualdad de hombres y mujeres. Lo hizo como presidenta de la Cruzada de Mujeres Españolas.
Divorcio:
Feminismo:
Carmen de Burgos escribió varios ensayos que aún hoy se consideran fundamentales para conocer los orígenes del feminismo en nuestro país. Siguiendo la senda que había trazado décadas antes Concepción Arenal, la escritora almeriense publica: La mujer moderna y sus derechos (1927). Allí definió claramente el Feminismo: «No es la lucha de sexos, lo que buscamos. Ni la enemistad con el hombre. Las mujeres lo que deseamos es colaborar con él y trabajar a su lado». «Quiero para ambos sexos idénticos derechos, las mismas leyes e igual educación».
La hora del amor
O también Quiero vivir mi vida, son algunos de los títulos de sus novelas. También escribió cientos de artículos periodísticos, brillantes ensayos literarios y más de cincuenta cuentos a menudo publicados por entregas en la prensa. Un total de más de doscientas obras; una cifra admirable si tenemos en cuenta su intensa vida social y su compromiso político.
Objeción de conciencia:
Al volver de la guerra de Melilla, en donde se había convertido en la primera corresponsal de guerra, emprendió una campaña en contra de los conflictos bélicos y a favor de la objeción de conciencia. El lema era ¡Guerra a la guerra! Y azuzaba así: "¿Sois religiosos? Escuchad la voz de los grandes redentores de la humanidad, Buda, Cristo; todos ellos condenaron la guerra".
Periodista:
En 1903, el Diario Universal contrató a Carmen de Burgos para que trabajara en la redacción junto a los hombres y que, al igual que ellos, saliera a la calle de día y de noche para hacer reportajes y entrevistas. La ficharon como redactor (porque no existía entonces la palabra redactora) y comenzó a firmar sus textos con el seudónimo por el que fue conocida el resto de su vida: Colombine. Hoy día hay un premio internacional de periodismo que lleva su nombre.
Voto:
Carmen de Burgos aprovechó sus viajes a Inglaterra y Francia para conocer a las sufragistas. Las mujeres de esos países ya estaban dejándose la vida (en algunos casos, literalmente) para exigir el derecho al voto, pero en España que una mujer votara era considerado cosa de "locas". En 1906, Colombine empezó a escribir una columna semanal titulada ‘El voto de la mujer’ para contar cómo se estaba consiguiendo en el resto de Europa. Escuchemos sus palabras: "En este nuestro país nuestro pueden votar todos los hombres a excepción de los locos, los disminuidos y los criminales. Tampoco pueden votar las mujeres, a las que por razón de sexo se equipara con los locos, los disminuidos y los criminales". No hubo charla que no diese, conferencia que no pronunciase, institución a la que no acudiese. El sufragio femenino necesitó algo tan rotundo como derribar una monarquía e instaurar una república para que se aprobara. Cuando la República concedió el voto por fin a las mujeres en 1931, algunos periódicos recordaron que, para llegar ahí, Colombine estuvo 25 años dedicada en cuerpo y alma para hacerlo posible.
Muerte:
Murió de un infarto cuando pronunciaba una conferencia sobre la necesidad de educación sexual.
Otro periódico de la época publicó una necrológica en la que le dedicó estas merecidas palabras a la escritora andaluza:
"Carmen de Burgos, la gran escritora española que murió el 9 de octubre en plena actividad de acción liberadora, es un valor mundial que todas las mujeres deberían respetar (…) Amaba sus ideales más que a su propia vida. Y quién sabe si su trabajo y su esfuerzo quedarán aún largos años desconocidos para la sociedad y, tristemente, para las mujeres, al progreso de las cuales sacrificó su vida entera".
Qué intuición tan certera la del diario portugués. El fin de la segunda República que llegó con el golpe de estado militar apenas cuatro años después de la muerte de Carmen de Burgos, fue también el fin de su memoria. El general Franco incluyó su nombre en la lista de autores prohibidos junto a Zola, Voltaire o Rousseau. Sus libros desaparecieron de las bibliotecas y las librerías, estando prohibido poseer o difundir algún escrito o publicación de la autora almeriense. Sólo muchas décadas más tarde, otras mujeres han ido recuperando su legado para que la Historia no la olvide. Desde aquí nuestro homenaje a la gran mujer que fue Carmen de Burgos.
"SOMOS MÁS VALIENTES Y SABIAS PORQUE ELLAS EXISTIERON. SOMOS LO QUE SOMOS PORQUE ELLAS FUERON LO QUE FUERON"
Maya Angelou
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