Lee con atención la siguiente entrevista publicada en La Vanguardia para después poder reflexionar sobre ella:
Aurelio Arteta tiene 66 años. Es catedrático de Filosofía
Moral y Política en la Universidad del País Vasco. Casado, sin hijos, como especialista en la rama de Ética ha reflexionado y escrito sobre asuntos tan enjundiosos y atractivos como la compasión, la piedad, la admiración y la tolerancia.
Analiza tópicos porque delatan nuestro sistema de creencias. Hay uno que a Arteta le inquieta en
particular: Ese que reza: "¡No pretenderás convencerme!". Equivale a decir:
"No te esfuerces en argumentar, soy impermeable a todo argumento, no estoy dispuesto a
cambiar de opinión", o sea, "¿para qué escuchar tus ideas... si ya tengo las
mías?".
En un pueblo vecino a Pamplona, la adosada casa de Aurelio Arteta, con escueto jardín trasero, atestada de libros y perfumada por un hospitalario aroma a café, se levanta frente a un césped agradablemente municipal que huele a llovizna suave y a hierba recién cortada en una tarde de junio.
¿Qué es filosofar?
Entender en qué consiste esto de
vivir.
¡Casi nada!
Empecemos por entender qué ideas
nos guían.
¿Cómo hacerlo?
Yo tengo mi vía: me fijo en los
tópicos.
¿Qué tópicos?
Esas frases hechas que
frecuentamos, encajamos y aceptamos sin cuestionárnoslas.
¿Por ejemplo?
"Sé tú mismo".
"Mi cuerpo es mío". "Todos tenemos alguna parte de verdad".
"Todas las ideas son respetables"...
He repetido estas frases
a menudo…
Son tópicos: cristalizan nuestro
sistema de creencias profundo. Los tópicos reflejan las ideas de una sociedad. ¡Analicémoslos!
Cíteme más tópicos
dignos de análisis
"Nadie es más que
nadie". "Seamos tolerantes". "Condeno toda violencia, venga
de donde venga". "No es nada personal". "La vida es el
valor supremo". "Todo es relativo"... Usamos tópicos irreflexivamente, ¡pero delatan las ideas de
fondo con que vivimos!
¿Qué descubriré si los
analizo?
Que contienen algunas ideas muy
criticables, varias torpezas, tonterías, desvaríos...
A ver: "Sé tú
mismo". ¿Un desvarío?
Puede expresar autoestima..., pero
suele expresar otra idea, nefasta: "Estoy
bien como estoy y no pienso escuchar ni aprender, ni mejorar, ni progresar, ni
admirar a nadie".
"Todos tenemos una
parte de verdad"
¿Sí? ¿Seguro? ¿Cuál? ¿Qué parte?
¿Una parte grande o pequeña? ¿Equiparas una verdad nimia a una verdad irrefutable?
¡Mal!
"Todas las ideas
son respetables"
Pues no: ¡a las ideas hay que
faltarles al respeto!, para no faltárselo a las personas. A las ideas hay que
ponerlas a pelear..., ¡para que no nos peleemos las personas! Las ideas son
para revolcarlas y destriparlas.
"Nadie es más que
nadie"
Messi es más que yo, con un balón.
Hay personas más aplicadas, más estudiosas, más trabajadoras, más abnegadas,
más generosas o más bondadosas que otras. ¿Por qué igualarlas? Rebajando al
otro... ¡No me siento tan mal!
"Seamos
tolerantes"
¿Siempre? ¿Con todos? ¿Con los
fanáticos e intolerantes? ¿Hay que tolerar la ideología racista, la machista, la homófoba? ¡Precisamente eso haría desaparecer la tolerancia de nuestras sociedades! El filósofo Karla Popper lo planteó en su paradoja de la tolerancia. Concluyó que para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia. ¡Seamos pues intolerantes con la intolerancia!
"La vida es el
valor supremo"
No siempre es cierto. Una vida esclavizada, oprimida,
sumisa, humillante, ¿es una vida digna de ser vivida? ¿Una vida conectada a un respirador artificial y a una sonda gástrica, con un motor que impulsa a moverse a los pulmones, ¿debe ser defendida? Quizá el valor supremo de la vida tenga que ver con la dignidad: vivir con conciencia y libertad.
¿Qué tópico le interesa
en particular?
El que predica que alguien "es una persona muy normal" como timbre de gloria: ¡aplaudimos lo normal como mérito superior!
¿Cómo interpreta esto?
La mediocridad nos tranquiliza e
inspira confianza, y que alguien destaque... nos incomoda. Desconfiamos del que
saca cabeza y llama la atención: mejor ser "normalito".
Mi tío me preguntaba de
niño qué sería de mayor, y yo respondía: "normal".
¿Lo ve, ja, ja? Nos da miedo
sentirnos singulares, que nos vean como a una persona diferente, especial...,
poco normal. Ay...
Yo sí tengo por irrefutable
verdad una que usted ha enunciado como tópico...
Dígala.
¡Que "todo es
relativo"!
Pues si así fuera..., ¡también sería relativo
que todo es relativo! Es decir, ese argumento no se sostiene. Sospecho que decimos eso de "todo es
relativo" por comodidad: así nos evitamos
pensar y priorizar.
Tantos tontos tópicos. Antes de despedirnos le
propongo analizar un comodín que oigo extenderse: "Yo soy de los que piensan que..."
¿A qué viene el circunloquio? "Nos sentimos más seguros en grupo: si una opinión es compartida por más gente,
parece más fundada". ¡Qué pánico nos da quedarnos solos
en un postulado!
Es siempre apasionante escuchar a los filósofos. Ponen patas arriba las ideas que creías más firmes y eso ayuda a que el cerebro aprenda a soltarse de los bastones y a caminar por sí mismo. Hoy he aprendido mucho de Arteta: veo que hablamos sin pensar, de tópico en
tópico; a veces por falta de reflexión y otras, simplemente, por no salirnos de la norma. Es divertido jugar a desentrañar Tantos tontos
tópicos (Ariel), como titula este filósofo su último ensayo, y desentrañar así
creencias dominantes. Arteta me muestra un cuadernito en el que sigue anotando tópicos.
Le aconsejo que vea los realities de tele 5 (escuchar a los concursantes es una mina de tópicos muy pero que muy tópicos), y toma nota.
Entrevista de Víctor M. Amela
ACTIVIDADES
1. ¿Dónde encuadrarías esta entrevista: en los géneros informativos, de opinión o mixtos?
2. Analiza la estructura del texto leído. Si necesitas repasar la estructura de la noticia: ¡haz clic!
3. ¿Cuál sería la tesis expuesta a lo largo de la entrevista por el filósofo Aurelio Arteta?
4. ¿Conoces tú algún tópico? ¿Crees que encierra cierta verdad o no lo apruebas?
5. Busca ejemplos de la expresión de la subjetividad en el texto (si no lo recuerdas bien, está en la página 115 del libro de texto).
6. Vuelve a leer la entradilla (los tres párrafos al comienzo de la entrevista). Imagina que tienes que publicar una entrevista que le hayas hecho a alguna persona cercana a ti. Escoge a una persona de entre tus parientes, conocidos o tu profesorado y escribe un par de párrafos presentando al personaje a la manera de la entradilla de una entrevista subjetiva (como si de verdad hubieras ido a su casa y estuvieras tratando a esa persona por primera vez).